La Ley de Hering y las crisis curativas
de Javier Flores Ferreyra, el miércoles, 01 de diciembre de 2010 a las 11:27
La Ley de Hering y las crisis curativas
Para llegar a la Salud necesitamos atravesar sucesivas crisis curativas de acuerdo con la Ley de curación de Hering que dice así:
"La mejora y la curación se producen de dentro a afuera. Los síntomas desaparecen desde arriba hacia abajo. Las molestias van desde un órgano importante a otro menos importante. Los síntomas desaparecen en el orden inverso a su aparición". Por medio de este proceso constructivo encaminado hacia la salud, los tejidos viejos y enfermos son reemplazados por tejidos nuevos y sanos. Mientras que la crisis de la propia enfermedad, por el contrario, es desfavorable aunque también sea natural, y todos los órganos del cuerpo se revelan contra ella en vez de colaborar; en el caso de la crisis curativa todo colabora para el beneficio del organismo. Cualquier evento que ocurra en el organismo, sea favorable o desfavorable, está controlado por leyes naturales.
La experiencia de pasar por una crisis curativa se parece mucho a los estados críticos de la enfermedad, puesto que se volverán a experimentar los síntomas del mal que aquejan al paciente, pero hay una diferencia muy importante: la eliminación. En la crisis curativa la eliminación es perfecta. La defecación es natural. Todos los órganos de eliminación están cumpliendo con su función en forma normal. En los estados críticos de la enfermedad, en cambio, los procesos de eliminación cesan o son insatisfactorios, lo que complica aún más el estado patológico del paciente. En la crisis curativa los procesos de eliminación se aceleran debido a la abundancia de energía vital recuperada. Todas las secreciones y otras formas de desechos acumulados en el organismo se disuelven y fluyen libremente, y así se establece un proceso de limpieza general y purificación.
Principios fundamentales de la Ley de Hering
- “La mejora y la curación se producen desde dentro hacia fuera”
- “Los síntomas desaparecen desde arriba hacia abajo”
- “Las molestias van desde un órgano importante a otro menos importante”
- “Los síntomas desaparecen en el orden inverso a su aparición”
“La mejora y la curación se producen desde el interior del organismo hacia fuera”
Esto significa que para llegar a la salud las toxinas que hemos ido acumulando en nuestro interior (órganos internos) tienen que salir hacia el exterior; de modo que son nuestros órganos internos los primeros en curarse. Cuando la enfermedad sale por la piel u órganos externos es señal de que estamos llegando definitivamente a la salud. Para que esto se cumpla es necesario pasar por diferentes crisis curativas en esos órganos internos y saber interpretarlos para no sofocar los síntomas con medicina química.
En la Iridología se observa el cumplimiento de este principio de la Ley de Hering porque veremos como el iris empieza a aclararse en forma de círculo desde el centro hacia el exterior. Esto puede llevar meses.
“Los síntomas desaparecen desde arriba hacia abajo”
Si deseamos llegar a la salud, lo primero que debemos curar es nuestro cerebro. Nuestra forma de pensar, de sentir, nuestras emociones deben dar la fuerza motora, a todo el proceso de curación ya que en el sistema nervioso se acumula la energía vital imprescindible para el proceso de la curación. Una mente negativa, con pensamientos destructivos, violentos jamás podrá dirigir el proceso de reversión hacia la salud. Esta vuelta a la salud se conseguirá dependiendo de la vitalidad, genética y capacidad individual.
“Las molestias van desde un órgano importante a otro menos importante”
Puesto que el organismo siempre buscará lo mejor para su supervivencia, es fundamental que los primeros órganos en depurarse sean los más importantes, de modo que se deja para siguientes crisis curativas los órganos menos importantes. En la homotoxicología se ha comprobado como los órganos más importantes para protegerse antes las agresiones de las homotoxinas producen lo que en homotoxicología se llama “fase de compensación”, es decir enfermedades que pretenden proteger a los órganos vitales. Un ejemplo lo tenemos en como se pueden producir forúnculos en una diabetes latente, aparentemente inexistente.
“Los síntomas desaparecen en el orden inverso a su aparición"
Este principio tal vez sea el más maravilloso de ver en la práctica clínica. Cuando analizamos los procesos patológicos por los que hemos ido pasando a través de los años observamos que vamos pasando de enfermedades agudas a enfermedades de deposición y después llegamos a las enfermedades crónicas o degenerativas. Esto es lo que en homotoxicología llamamos fase de excreción, reacción, deposición, impregnación, degeneración y neoplasia o vicariación progresiva.
Pues bien a medida que el proceso curativo se inicia empezaremos a experimentar DE NUEVO, por medio decrisis curativas, ¡ojo, no crisis de enfermedad!, los mismos síntomas o enfermedades que desarrollamos anteriormente pero en orden inverso. Las enfermedades más recientes (y más crónicas) resurgirán primero, y poco a poco con nuevas crisis curativas llegaremos hasta las enfermedades agudas que tuvimos muchos años atrás.
Si la enfermedad se fue desarrollando a través de muchos años y hemos llegado a una fase degenerativa es muy difícil que incluso con medicina biológica natural podamos llegar al final de la curación (vicariación regresiva). Puede que nuestro organismo no tenga la suficiente vitalidad como para completar el proceso curativo. En ese caso tendremos que aprender a seguir viviendo con crisis de compensación y de curación.
Entender la ley de Hering y el proceso curativo que se desarrolla es fundamental si deseamos alcanzar la verdadera salud.
"Crisis Curativa"
Mucho hemos oído hablar sobre la toxinas, de lo mal que estamos o que tenemos que desintoxicarnos porque no damos más y nuestro cuerpo pide a gritos "limpieza". Según los expertos, se recomienda que por lo menos una vez cada tres meses las personas desintoxiquen su organismo. Al igual, comentan que una de las razones por la cual las dietas alimenticias no funcionan es porque falta la desintoxicación de alguna parte de nuestro organismo. Lo ideal y en eso los médicos homeópatas están de acuerdo, cada 15 días debemos ayunar y "limpiarnos por dentro".
Existen dietas y alternativas para desintoxicarse, que van desde el ayuno consumiendo solo agua por un día hasta comer alimentos y preparados que faciliten el periodo de desintoxicación que todo organismo debe experimentar frecuentemente. No estamos hablando de tomar laxantes y diuréticos a diestra y siniestra, ni tampoco "matarnos" de hambre para tal fin, ya que no sería lo más apropiado que hiciéramos.
La Depuración o desintoxicación es el proceso mediante el cual el organismo elimina las toxinas exógenas ó endógenas, que alteran el equilibrio funcional del individuo alterando el estado de salud. Muchas de estas toxinas son acumuladas durante años en nuestro organismo y acaban por propiciar una serie de enfermedades. Síntomas inespecíficos (insomnio, cefalea, cansancio, hormigueos, manchas en la cara y el cuerpo, etc.), pueden ser manifestaciones de intoxicación reciente o acumulada.
Existen dos tipos de Toxinas, las de origen endógeno y las de origen exógeno. Las toxinas endógenas son sustancias elaboradas en nuestro organismo. Pueden estar relacionadas con algunas enfermedades infecciosas como la fiebre tifoidea, hepatitis, etc. y, por enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus, la uremia u otras. También la adrenalina y noradrenalina liberadas en cantidades exageradas por la médula de la glándula suprarrenal como producto del stress y estados de ansiedad, constituyen endotoxinas que a la larga afectan la salud de la persona. Por su parte diremos que las toxinas exógenas son las de origen externo. Ingresan y se incorporan al organismo a través de la respiración (gases de las fábricas y vehículos, humo de las chimeneas, de los cigarrillos, etc.), mediante la piel y mucosas (pinturas, insecticidas, etc.) y, por vía digestiva (alcohol, colorantes artificiales, carnes rojas en exceso, preservantes, fármacos, entre otros.
Para lograr desintoxicación, se utilizará hojas y flores de la planta y harán efecto en los órganos mediante una función depurativa y desintoxicante en el hígado, los riñones, los intestinos, la piel, las mucosas y los pulmones. Es el cuerpo quien selecciona el órgano o tejido mas indicado, de acuerdo al material tóxico ó de deshecho que se tiene que eliminar. La micción y la defecación, son mecanismos mediante los cuales el organismo elimina residuos y sustancias tóxicas (el estreñimiento es una de las causas frecuentes de intoxicación crónica).
Desintoxicación con el hongo Ganoderma lucidum
En este caso usamos a un miembro del reino fungi, es decir un hongo, seta o champiñón de color rojo brillante que posee muchas propiedades ya que almacena en su estructura nutrientes, elementos nutracéticos y es un gran adaptógeno para el organismo.
Para que el Reishi -como también se le conoce- actúe plenamente y el organismo goce de todas sus bondades, requiere un ambiente libre de toxinas en nuestro cuerpo. Sus propiedades desintoxicantes en un principio "prepararán el camino" para pasados algunos días el Ganoderma lucidum y sus principios activos actúen al nivel más basal en el cuerpo, en los tejidos de las diferentes áreas del cuerpo. Trabajando en cada célula desde el espacio intercelular y penetrando en su interior hasta los organelos citoplasmáticos del citoplasma celular, en donde se efectúa el intercambio y la absorción de los nutrientes.
A este periodo de preparación se le conoce como CRISIS CURATIVA. La manifestación de esta etapa, varía de persona a persona según el estado de salud en que se encuentre. Una persona que se encuentra padeciendo de una Diabetes mellitus tipo 2 requerirá de un tiempo más prolongado para desintoxicarse que alguien que solo tiene un resfriado común. Las enfermedades metabólicas y las crónicas requieren más tiempo de depuración que puede llegar hasta los 30 días como promedio. La mayoría de personas suele tener una crisis curativa que no excede los 15 días.
Todos pasamos por este periodo cuando nos sometemos a tratamientos naturales. Con el Ganoderma no es la excepción. La depuración siempre se da, pero existen muchas personas que no la manifiestan y este período pasa inadvertido por el paciente.
Las manifestaciones que evidencian la desintoxicación podrían ser: sueño, agitación, heces sueltas, halitosis o mal aliento, sudoración, dolor de cabeza pasajero, ronchitas temporales, mareos leves, fiebre moderada como mecanismo de defensa en casos de que haya una infección presente en el organismo, estreñimiento pasajero y en algunos casos naúseas leves. En otras personas podrían presentarse también insomnio parcial, dolores articulares pasajeros, etc. No son tan frecuentes estas sensaciones, pero es mejor advertirlos. La crisis curativa puede presentarse luego de unas horas, unos días, unas semanas, unos meses o bien puede no presentarse nunca; pero esta última situación solo suele darse en personas que lleva una alimentación muy sana, libre de toxinas y medicamentos.
De presentarse la Crisis Curativa JAMÁS SUSPENDER el consumo del producto, ya que no se daría la depuración completa. Hay que tener en cuenta que la crisis curativa no la causa el Ganoderma sino el propio cuerpo como respuesta a la desintoxicación.
Lo que se recomienda es que en esta crisis curativa, ingerir más allá de los 8 vasos diarios de agua recomendados. No estamos hablando de jugos, bebidas edulcoradas, sopas, infusiones y demás, sólo de agua y nada más que agua sin ningún agregado. Los que tienen costumbre ingerir agua de mesa embotellada o agua mineral, consumirla sin gas.
El Ganoderma lucidum en una primera etapa se encargará de remover todas las toxinas y desechos de nuestro aparato digestivo (almacén natural) en especial el hígado y el colon serán los primeros órganos en desintoxicarse y entrar a la segunda etapa de absorción de los nutrientes.
Importante
Comprender esto, representa el cincuenta por ciento de la solución de nuestros actuales problemas de salud. Y ese es el objetivo de esta publicación: que el lector entienda cómo él mismo ha generado tal situación de desequilibrio y -por sobre todo- cómo él mismo puede remediar tal problema en la medida que retorne a los hábitos saludables que nunca debió abandonar.
En esto no hay misterios, ni tampoco soluciones mágicas. Los errores se generan principalmente por ignorancia. En la medida que sepamos como opera la inmensa inteligencia corporal y comprendamos sus mecanismos, veremos que es muy sencillo jugar a favor (y no en contra) de nuestra propia naturaleza humana. También entenderemos que no habrá medicamento alguno que pueda remediar nuestros problemas, mientras no dejemos de boicotear nuestro organismo con hábitos que van en contra de las leyes naturales.
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