Genera alianzas con lealtad
No hay como la transparencia y el compromiso para tener relaciones de lealtad. Si quieres lograr alianzas para crecer y mantenerte como líder, aprende a velar por la identidad y el éxito de los demás.
En momentos difíciles la gente busca sus propios beneficios; por sentirse al borde de la sobrevivencia se llega a actuar de manera desleal, aún sin darse cuenta. ¿Qué quiere decir esto? Que lo que hacemos en beneficio nuestro y que consideramos justo y necesario, en algún momento podría dañar a las personas con quienes nos hemos aliado, independientemente de la intención.
Claro que hay quien vive siendo desleal y no le importa, pues no ve las consecuencias que paga en el largo plazo. Sin embargo, intentamos establecer relaciones basadas en la confianza, aunque con frecuencia cometamos errores que las destruyen. ¿Esto es porque así lo deseamos? No, para nada, ocurre porque los seres humanos somos bastante ciegos para mirar estos fenómenos de la confianza.
¿Qué implica ser leal? ¿Cómo se construye esta confianza tan básica para convivir con otros? Ser desleal quiere decir dañar la identidad o, como lo decimos comúnmente, la imagen de otra persona, su presencia, la forma en que los otros la perciben. Esto puede suceder por la vía de nuestras palabras (al hablar mal de ella), o por acciones que demuestran que no estamos comprometidas con su protección y más bien muestran que vamos en contra de ella.
La lealtad o protección a la otra persona implica:
•El compromiso implícito (vale aunque no se lo expresemos) de velar por su persona e intereses.
•No hacer nada a sus espaldas que vaya en contra de los acuerdos que hemos tomado, y más si no se lo decimos.
•No desprestigiarle hablando mal de ella en otros espacios o con otras personas, sobre todo frente aquellas que pueden aprovecharse de la situación.
•Cumplir con lo acordado y discutir todo aquello que pueda ser una piedra en el camino. Enfrentar las situaciones de inmediato y resolver conflictos para evitar que la desconfianza dé lugar a mayores daños.
La lealtad no es posible sin una confianza básica de que nos protegeremos, más allá de que no estemos de acuerdo en algún momento. La desconfianza no permite alianzas de largo plazo, se va infiltrando en todos los ámbitos en donde nos relacionamos. Si pensamos que alguien es desleal, estaremos siempre a la defensiva, interpretando lo que hace desde nuestra postura. Si además el otro desconfía, pues peor aún: entraremos en el juego de las mentiras y los engaños.
Lograr éxito en las alianzas e intercambios implica construir una confianza a prueba de fuego. Naturalmente se vale no estar de acuerdo, expresar diferencias, enfrentar al otro si no nos parece lo que hace. La lealtad puede mantenernos juntos si podemos hablar, resolver, perdonar y reconstruir. Si como personas somos serias para enfrentar los compromisos y conscientes de la importancia de velar por los otros, seguramente podremos sentarnos a discutir cuando el problema surja y plantear nuevos acuerdos. Si, por el contrario, actuamos como buenamente se nos antoja y dejamos de lado lo que le sucede al otro, buscando mañosamente nuestro beneficio, pues difícilmente podremos mantener una relación.
No hay como la transparencia y el compromiso para tener relaciones de lealtad. Si quieres lograr alianzas para crecer y mantenerte como líder, aprende a velar por la identidad y el éxito de los demás.
¿Qué es para ti el éxito?
El éxito no siempre tiene que ver con lo que mucha gente se imagina. El éxito no siempre se debe a lostítulos académicos que tienes, ni a la sangre heredada, o a la escuela en donde estudiaste. No se debe a las dimensiones de tu casa o a cuántos autos caben en tu cochera, o si son último modelo. No se trata de si eres jefe, o subordinado, o si escalaste a la siguiente posición en tu organización o estás en la ignorada base de la misma.
No se trata de si eres miembro prominente de clubes sociales, o si en tu Facebook tienes 5000 amigos, o más de 1000 seguidores en Twitter, o si sales en las páginas de revistas, o periódicos. No es la tecnología que empleas, por brillante o avanzada que esta sea. No se debe a la ropa que usas, o si gozas de lujos y descanso, o si después de tu nombre pones siglas deslumbrantes que definen tu status para tu espejo social. No tiene que ver con el poder que ejerces, o si eres un buen profesional en tu área, si hablas bonito o las luces te siguen cuando caminas, o si eres religioso o no. No se trata de si eres emprendedor, si eres atractivo o si hablas varios idiomas, si eres joven o viejo.El éxito es mas bien se debe para muchos, a cuantas personas te sonríen, a cuantas personas amas y cuantos te quieren a su vez a ti por tu sinceridad y sencillez de espíritu. Se trata de si te recuerdan cuando te vas. Se refiere a cuanta gente ayudas, a cuantos evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón. Se trata de si en tus triunfos incluiste siempre tus sueños. De si no fincaste tu éxito en la desdicha ajena, y de si tus logros hieren a tus semejantes.
Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, de escuchar, de ser amigo para con los demás, es sobre si usaste la cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amas a la naturaleza, a los niños y te preocupas de los demás. No es acerca de cuantos te siguen, sino de cuantos realmente te quieren, de a cuantos les has dejado un bonito recuerdo en su corazón, No es acerca de transmitir todo, sino de cuantos te creen y sobre todo de si eres feliz o finges serlo.
Se trata de equilibrio, de justicia, del bien ser que conduce al bien tener y al bienestar, se trata de tener tuconciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de dar y de ser más, pero no buscando el tener más.
Ahora pregúntate: ¿Verdaderamente eres exitoso? So lo eres bajo estas cualidades, ¡Felicidades! Si no, aun estas a tiempo para alcanzarlo.
Tu eres un ser increíble ¿lo sabías??
Este es un claro ejemplo del poder de nuestras palabras. Con lo que sale de nuestra boca, podemos provocar muchas cosas, pero que mejor que una gran sonrisa y sobre todo, inyectar en quienes nos rodean, un poco de motivación para iniciar el día.